Foto: Dr. José Padrón, 30 de septiembre del 2016.
Por: Ramón E. Azócar A.
En cierta ocasión el escritor argentino Jorge
Luis Borges dijo: "No soy lo que soy por lo que he escrito, sino por lo
que he leído"; y lo mismo se puede decir con referencia a lo vivido: no se es por lo que uno es, sino por las
personalidades que en el tránsito por la vida uno ha conocido. Puedo decir
que he vivido de buenas noticias porque he tenido la oportunidad de
interactuar, de conocer, de oír y ser oído por personas que en el ámbito en el
que hago vida profesional (la academia), constituyen uno de los referentes
fundamentales del pensamiento contemporáneo. Desde mi encuentro en 1991, con
Umberto Eco y Camilo José Cela, en actividades especiales de la Universidad de
Los Andes, Mérida-Venezuela, hasta conversaciones largas y de café con grandes
de nuestra literatura como Rafael Cadenas, Renato Rodríguez, José Manuel
Briceño Guerrero, Oswaldo Trejo, entre los que recuerdo en este instante. Y en
el mundo de la academia tuve la oportunidad de crecer y aprender en el propio
“ojo del huracán” filosófico con Ángel J, Cappelletti, Alfonso Gándara Feijoo,
Miguel Martínez Miguélez, Trino Márquez, Alexis Mercado, Thais Maigón, entre
otros.
De todas esas experiencias faltaba una que la
veía como prioritaria en el campo de la filosofía de la ciencia, me refiero al
Dr. José Padrón y se dio la oportunidad el pasado 30 de septiembre del 2016, en
los espacios de la Universidad Fermín Toro, Extensión Guanare, estado
Portuguesa, en un evento del Doctorado en Ciencias de la Educación (denominado
I Jornada Perspectivas de la Sociedad del Conocimiento como visión generadora
de Transformación Social), en donde Padrón disertó acerca del falso dualismo entre investigaciones
cuantitativas y cualitativa.
Es importante destacar que la postura del Dr.
Padrón es crítica y sobre todo, radical, en cuanto a que se ha dado una
importancia inmerecida a la clasificación de los programas de investigación,
orientándose hacia una postura esquemática, superficial, sin bases firmes,
desde donde se visualiza la investigación de manera genérica y no se le permite
al estudiante, al investigador, desarrollar sus capacidad heurísticas y
construir desde sus ideas, y bajo el manual de la lógica y no de los libros de
textos que indican cómo hacer una investigación, todo ese capital de nuevo
conocimiento que se necesita en determinadas disciplinas de estudio.
Internalizando la postura de Padrón, se infiere
que es importante recurrir a los enfoques, para obtener de ellos las premisas
básicas que establezcan la unidad y complementariedad entre lo cualitativo y
cuantitativo; se destacan como enfoques el empirista-inductivo,
racionalista-deductivo y el Introspectivo-Vivencial. El enfoque empirista-inductivo se concibe como
producto del conocimiento científico desde los patrones de regularidad, a
partir de los cuales se explican las interdependencias entre clases distintas de
eventos fácticos; el enfoque racionalista-deductivo, concibe como producto del
conocimiento científico el diseño de sistemas abstractos dotados de alto grado
de universalidad que imiten los procesos de generación y de comportamiento de
una cierta realidad; los sistemas teóricos se basan en grandes conjeturas o
suposiciones arriesgadas acerca del modo en que una cierta realidad se genera y
se comporta, imitando la esquemática y abstractamente del sistema de hechos
reales que pretende explicar, pero tampoco bajo la referencia de cómo son las
cosas objetivamente, sino bajo la referencia de cómo una sociedad, en un cierto
momento histórico, es capaz de correlacionar intersubjetivamente esa realidad
con ese diseño teórico; y el enfoque Introspectivo-Vivencial, concibe como
producto del conocimiento las interpretaciones de los simbolismos socioculturales,
a través de los cuales los actores de un determinado grupo social abordan la
realidad compulsa de los procedimientos de triangulación que permiten concluir
que ésta posee ventajas metodológicas y epistemológicas, demostrándose la
complementariedad existente entre investigación cuantitativa e investigación
cualitativa. De este modo, el pluralismo metodológico postula tres visiones: diversificación
y profundización de la información; validez metodológica para la corroboración y
refutación de teorías; y garantía procedimental para la postulación de
inferencias causales.
El aporte de Padrón nos lleva al
centro de un nuevo debate en las ciencias sociales y ciencias de la educación,
el de abandonar la percepción de la metodología a través de recetas y libros de
“autoayuda”, abordado por personas que no investigan ni han investigado, para
develar una nueva corriente que vaya hacia una teoría de la investigación con
base cognitiva, entendiendo por “base cognitiva”, el estudio interdisciplinario que visualiza la
información representada y transformada en la mente/cerebro, desde los
fenómenos funcionales y emergentes, hasta las actividades neurofisiológicas del
encéfalo y del sistema nervioso, incorporados, y que típicamente se les denomina
como mente y comportamiento.
La investigación asume desde esta postura que
nos indica Padrón, un comportamiento cognitivo guiado en posturas filosóficas,
a partir de la lógica, la gnoseología, la epistemología y la filosofía de la
ciencia, donde la praxis disciplinaria de las ciencias cognitivas modela las
fronteras del conocimiento, representando una alternativa inter y
multidisciplinaria, aunque son términos que no comparte Padrón, donde emergen nuevas propiedades y convergen
elementos que reaniman una síntesis entre la percepción y la realidad, quiérase
o no, ello significa imbuirnos en la transdisciplinariedad.
De toda la experiencia me ha quedado conocer y
reconocer el pensamiento del Dr. Padrón, como uno de los alfiles principales de
la teoría de la investigación, tiene, definitivamente lo debe aceptar él, que
entender que su planteamiento nos lleva a un debate abierto, sincero y crítico,
sin necesidad de caer en la arrogancia de las confrontaciones estériles. Hay
mucho académico valiéndose de la metodología para crear condiciones “perversas”
en los estudiantes e investigadores que prefieren “todo menos tesis”, pero
también hay académicos, como Padrón, que invitan a construir espacios
creativos, a delinear un diálogo lógico en investigación y eliminar la
demagogia “docta” que busca, deliberadamente, sacar del juego a criterios de
profundización de la investigación racionalista deductiva, para imponer
“Manuales” y testimonios de “esquematizadores”, “diseñadores de recetas
mágicas”, cuyos pasos jamás permitirán accesar a un conocimiento objetivo y
cercano a la perfectibilidad.

Foto: Parte del equipo del Doctorado de Educación de la UFT, que organizó el evento.

Foto: Gente hermosa del doctorado, con vocación, prestigio y grandeza humana.
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